viernes, 13 de febrero de 2009
SOR ISABEL DE LA TRINIDAD
“La vida de una Carmelita es una comunión con Dios Trinitario, de la mañana a la noche y de la noche a la mañana. Si Él no llenase nuestras celdas y nuestros claustros, ¡qué vacío estaría! Pero le vemos entre todo, porque le llevamos en nosotras y nuestra vida es un cielo anticipado... Sí están ahí justamente los Tres en el trasfondo del alma: el Padre, el Verbo y el Amor de sus beneficios, ayudándola a vivir en sociedad con Ellos. He hallado mi cielo en la tierra en mi querida soledad del Carmelo; donde estoy sola con Dios solo. Todo lo hago con Él como voy con un goce divino. Cuando barro, o trabajo, o estoy en oración, todo lo encuentro bueno y deliciosos, pues que es mi Maestro a quien veo por doquier” (Isabel de la Trinidad)
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