En este
camino cuaresmal el Señor nos vuelve a decir que “debemos perdonar siempre”. A
la pregunta de Pedro “¿Cuántas veces debo perdonar a mi hermano?” ¡El Señor
responde con un “70 veces 7”!
Todos sabemos
que no es fácil dar perdón, a veces la
vida nos ha golpeado tanto, las personas con quienes hicimos camino nos han
fallado, hemos visto nuestra confianza tirada por el suelo y hasta nos han
tratado mal injustamente; pero muy a pesar de todo eso el Señor nos vuelve a
decir que ¡debemos perdonar! Pero, no te inquietes, no es una exigencia que
dependa de vos ¡no! El perdón es una GRACIA, sí, y una gracia que Dios desea
regalarte a su tiempo y a su modo.
El
perdón comienza a darse con el sólo hecho de “querer perdonar al prójimo”
aunque de corazón sintamos que es imposible… es que cuando hablamos de “gracia”
estamos poniendo nuestra confianza en Dios,
dispensados de “todas las gracias”.
Entonces
la nota importante es “querer perdonar”, tener el deseo de sacar la espina del
rencor, del odio, del resentimiento para que Dios tenga entrada libre en tu
corazón y comience a obrar, a sanar, a liberar, a ensanchar ese espacio interior
que el rencor había CERRADO a la acción
de Dios.
Te
animamos a comenzar un proceso de perdón disponiendo tu corazón para que el
Señor te regale esa gracia y te abrace en su misericordia.
Para
profundizar más:
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