“Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”
(Lc 11,28)
Durante el mes de septiembre, en la Argentina, la Iglesia
Católica, la Iglesia Ortodoxa, la Iglesia Evangélica y otras confesiones
cristianas celebran el mes de la Biblia. La Iglesia Católica recordando a San
Jerónimo, traductor de la Vulgata o Biblia en latín; la Iglesia Ortodoxa
recalcando que en griego se escribieron los Evangelios y los demás libros del
Nuevo Testamento; las Iglesias protestantes conmemorando el advenimiento de la
traducción española Reina-Valera.
Para nosotros celebrar el mes de la Biblia,
significará abrir nuestro corazón a Jesús y su propuesta de vida porque Él es “La
Palabra de Dios” que se hizo carne. Como Iglesia que anuncia e evangelio,
muchas veces nos puede pasar que nuestras palabras no convencen porque no están acompañadas
claramente por los
hechos. En nuestra sociedad, lamentablemente, “la palabra” ha sido devaluada,
se la ha vaciado de contenido y abundan los ejemplos de palabras que escuchamos
pero nunca llegan a concretarse en los hechos.
Necesitamos que palabras y hechos se unifiquen en nuestra
vida cotidiana para que el mensaje del Evangelio sea claro, contundente y
modificador de estructuras de pecado.
Horacio Prado y Ricardo
Stirparo
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