Hna Marzena (polaca) ahora con corazón rumano |
Las Carmelitas Misioneras percibimos que la misión nos empuja con fuerza
a comprometernos con aquellas opciones que van en línea de nuestra identidad y
que tienen particular resonancia y reclamo en nuestro mundo. Sentimos que el
Espíritu nos unge como a Jesús para anunciar la Buena Nueva del Evangelio (Lc
4,14) y nos lanza a las fronteras de
nuestro ser misionero; de la espiritualidad encarnada; de los pobres y las
nuevas pobrezas; de la diversidad cultural y religiosa; de los laicos y de la
juventud.
Entrar por estos caminos significa encontrar nuevas gracias
y energías renovadas para asumir propuestas comprometidas. Como al padre Palau,
la contemplación de la Iglesia, nos despierta la urgencia por servirla: mi misión se reduce a anunciar a los pueblos que tú eres
infinitamente bella y amable y a predicarles que te amen
(Escritos 887,2) Nos
sentimos llamadas a vivir en comunión con Dios y en servicio a los hermanos:
Dios y los prójimos son el objeto de nuestro amor.Hnas Pilar y Ma Teresa en exposición contra la Trata de personas |
Asumiendo este proceso congregacional, las carmelitas
misioneras presentes en Rumanía nos dejamos interpelar por la realidad, y
queremos hacer vida el impulso y empuje misionero que el Espíritu Santo nos
hace hoy. Nuestro compromiso con el pueblo rumano se concretiza de la siguiente
manera: Una de nuestras hermanas, Pilar (española), es educadora en un Centro
de Niños abandonados que pertenece a los hermanos maristas. Hna María Teresa (española)
es directora de una pequeña Guardería Parroquial. Hnas Cinzia (italiana) y
Marzena (polaca) están encargadas de la organización y puesta en marcha de un
Centro para mujeres rescatadas de la Trata, como así también de la calle. En
este momento reparan y arreglan una casa cedida por la diócesis. Ambas hermanas
ya son voluntarias en un centro de ayuda para estas mujeres.
Hna Cinzia (italiana) abrazando la fragilidad de un niño |
Como pueden ver nuestra comunidad en Rumanía trata de
responder a las necesidades actuales, y las hermanas tratan de hacer realidad y
vida la inculturación e interculturalidad. Cada una proviene de lugares
diferentes, pero cuando el Señor llama, lo único que deseamos es seguir su voz
abandonadas con confianza en su amorosa providencia.
Los animamos a visitar el blog que han comenzado las hermanas
y que busca ponernos en la red y en contacto con el ciberespacio que habita el
pueblo rumano.
Click aquí para el blog.
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