El mes de noviembre está dedicado a dirigir la mirada hacia “adentro, donde nos
vive Dios, donde nos mora Dios”, es adentro donde “pasan las cosas más secretas
de Dios y el alma”(Sta Teresa de Jesús) , es que la “obra grande de Dios en el
hombre se labra en el interior”(Beato Francisco Palau y Quer)
¿ Por qué mirar hacia dentro y no hacia arriba?
Porque es una certeza que el cielo de Dios es nuestro
corazón y es ahí donde debemos prestar más atención, el corazón es el lugar del
“encuentro”, de las “epifanías del Señor”, lugar de la “Palabra que
transforma y sana”, el corazón es el lugar de las delicias de Dios.
transforma y sana”, el corazón es el lugar de las delicias de Dios.
Nuestra Sta Madre Teresa de Jesús nos anima a no dejar
nunca el conocimiento propio, porque es conociendo nuestra verdad como
lograremos vivir realmente en santidad.
Cada 14 de Noviembre, celebramos a muchos hombres y
mujeres que dejándolo todo, decidieron seguir al Señor en el Carmelo, son
hermanos y hermanas que a lo largo de la historia colaboraron con la construcción
del Reino, unos son muy reconocidos, pero otros fueron humildes trabajadores,
santos y santas anónimos que gastaron la vida por Cristo.
Esta fiesta de los Santos Carmelitas fue instituida por
el Papa Clemente X, el año 1676, mediante un decreto de la Sagrada Congregación
de Ritos, firmado por el Cardenal Bona. Son una lista incontable de ermitaños,
predicadores, doctores, misioneros, mártires, todos ellos imitadores de Cristo
y de su entrega desmedida.
Hacemos nuestra oración de hoy un “Grito de acción de
gracias y alabanza por el regalo de estos santos”
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