En pleno tiempo de cuaresma te ofrecemos éste bello canto
entretejido con el Salmo 138.
Cristo es el fuego que lo penetra todo, capaz de
abrasarlo todo y dejarlo en fuego vivo, pero reconocemos también que hay
sombras en nuestro interior que tratan de ocultar la fuerza maravillosa de su
Amor... Con el coro pidamos juntos al Señor que “visite nuestras sombras
para que sólo demos lugar a la voz de su Amor, y así triunfe su Luz”.
Cristo Jesús (Salmo 138)
Cristo Jesús, oh fuego que abrasa
que las tinieblas en mí no tengan voz.
Cristo Jesús, visita mis sombras
y que en mí sólo hable tu amor.
Señor, tú me sondeas y me conoces
me conoces cuando me siento y me levanto.
Me estrechas detrás y delante
me cubres con tu mano.
Si vuelo hasta el margen de la aurora
si emigro hasta el confín del mar
allí me alcanzará tu mano.
Si digo "que la tiniebla me cubra"
la tiniebla no es oscura para tí.
La noche es clara, clara como el día.
Dios mío sondéame para conocer mi corazón,
guíame por el camino eterno.
Te doy gracias porque sublime eres
tú conocías hasta el fondo de mi alma.
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