Para hablar de San José en la vida del Beato Francisco Palau y Quer debemos mencionar a su primera comunidad, la del Noviciado de San José
en Barcelona (La Rambla), que pertenecía a su vez a la provincia religiosa bajo
la advocación del mismo santo; en total 13 casas de descalzos conformaban esta
demarcación catalana donde vivían unos 300 religiosos.
La Iglesia de San José era el foco de irradiación de la devoción al Santo, era muy concurrida por los fieles, con muchos cultos, fundaciones pías y algunas asociaciones religiosas. El retablo del altar mayor era presidido por una “escultura de San José, tamaño natural” obra de Amadeu que después de la exclaustración pasó a la parroquia de S. Jaime. Seguramente el Padre Fundador fue testigo de la fe josefina de los laicos del lugar como así también de sus hermanos frailes que fueron quienes la despertaron en el pueblo barcelonés.
Podemos deducir por los archivos históricos que la devoción a San José era muy propia
de los catalanes de ese tiempo, y se incrementó en él cuando se
unió al Carmelo Descalzo de Barcelona. Es de resaltar que
tomó por nombre religioso: Francisco de Jesús María José.
El espíritu josefino del padre puede verse en la carta 33 dirigida a D. Agustín Mañá (23 de abril de
1856) donde manifiesta su alegría al enterarse que la imagen del santo que se encontraba en la Escuela, se halla en la Iglesia de San Agustín y hasta bromea con ponerla junto a la imagen de la Virgen de las Virtudes, su esposa. Le confía también que piensa en restaurar la Escuela en cuanto encuentre oportunidad, y que la fiesta de San José fue el marco de referencia de sus oraciones y reflexiones. Así se expresa:“Entretanto continuad festejando al esposo de la Reina de las Virtudes. Él mandará a su mujer y esposa que vuelva y que venga a compartir con él los cultos que le dais y ya se supone que una esposa tan obediente como nuestra celeste maestra obedecerá a una leve insinuación de San José. Instad, pues a San José y él será el mejor mediador…”
En el libro de la "Lucha del alma con Dios" no cesa de
animar a pedir la intercesión de San José:
“…a quien el Señor le ha encargado defender la religión”; “interponer la intercesión de San José…”; “…son tan compasivas las entrañas de san José y tan poderoso su valimiento…” (que Sta Teresa se encomendaba a él); “San José es sin duda después de María el más firme protector”
Por herencia teresiana el padre tampoco puede separarse de la
imagen de José, a quien la Santa Madre encomendaba todas sus nuevas empresas. Como
podemos ver, el esposo de María tuvo gran importancia en la vida de Palau, con decir que
lo llevó siempre consigo al ponérselo como nombre religioso junto al de Jesús y
María, y al decir de él “a quien el Señor le ha dado el encargo de defender la
religión”(Lu 10) asumimos el lugar de privilegio e importancia en su vida de fe, de carmelita y de sacerdote.
Bibliografía
consultada:
-“Una figura Carismática del siglo XIX, El P. Francisco Palau
y Quer Apóstol y Fundador”(Imprenta Monte Carmelo)
- “Francisco Palau, escritos” (Editorial Monte Carmelo)
- “100 Fichas sobre Francisco Palau” (Ma D. Jara-P.
Munill)
- “Concordancias de los escritos del P. Francisco Palau”(HnaConsuelo Orella Unzué,cm)
- “La devoción a San José en Cataluña” (Gabriel Beltrán,ocd)
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