SANTA TERESITA NOS HABLA DEL AMOR DE DIOS

“Jesús… a mí en todo momento me sigues y me guardas, y así, cuando te llamo, cerca siempre te tengo.
Si a veces en silencio pareces escondido, tu mismo me estimulas para ir a tu encuentro…Quieres mi corazón, Jesús, yo te lo entrego, y todos mis deseos los pongo entre tus manos.
…Comprendí que todas las flores que Él creó son hermosas, y que el esplendor de la rosa y la blancura de la azucena no quitan el perfume a la violeta o la encantadora sencillez a la margarita silvestre…si todas las flores pequeñitas quisieran ser rosadas…los campos ya no estarían esmaltados de flores silvestres”
“Lo mismo ocurre en el mundo de las almas, que es el jardín de Jesús. El quiso crear a los grandes santos que pueden ser comparados a las azucenas y a las rosas; pero también ha creado a los más pequeños y estos deben contentarse con ser margaritas silvestres o violetas destinadas a regocijar los ojos de Dios cuando mira hacia la tierra. La perfección consiste en hacer su voluntad, en ser lo que Él quiere que seamos…”

Si pensáramos como Teresita, nuestras vidas cambiarían. Si comprendiéramos que cada uno de nosotros tiene una misión, que estamos llamados por Dios a algo específico, nuestras tristezas desaparecerían…Si comprendiéramos que nuestros defectos y limitaciones están puestos para que amemos más, como una piedra sin pulir, toda nuestra vida sería muy distinta.