La misión de
Juan fue la de ser precursor del
evangelio de Jesús; nuestra misión es
ser continuadores de la misma. Cómo Juan nosotros/as preparamos la irrupción
del Mesías en la vida del pueblo, nuestra tarea principal se concentra en dar
testimonio de la verdad que Dios revela en Jesús de Nazaret y ayudamos a otras
personas a buscar y seguir a Jesús.
La de
aquel nos ayuda a entender la misión de
Jesús. La misión de Juan fue la de preparar al pueblo de Israel y a sus
gobernantes para el juicio de Dios; la tarea de Jesús, fue la de preparar a un
nuevo pueblo para la llegada del Reino de Dios.
El bautismo de
Juan exigía un cambio de mentalidad para superar el pecado; el bautismo de
Jesús, además de la conversión, pide asumir una nueva espiritualidad en la que
el creyente se reconoce como hijo o hija de Dios.
Juan actúa en
el desierto, en el lugar del nacimiento de Israel; Jesús actúa en las ciudades
y aldeas, allí donde el pueblo lucha diariamente por su sustento. Al final,
Juan y Jesús ofrecen sus vidas como testimonio de la Verdad que comunican, y a
esto nos invitan a jugarnos por la Verdad de manera radical.
(Fuente:
“Diario bíblico 2012”)
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