Hoy en el Carmelo recordamos la
memoria de la transverberación de Santa
Teresa de Jesús, “Entre las virtudes de Teresa, brillo con luz propia la
caridad divina. Este amor se fue avivando en ella gracias a las innumerables
visiones y revelaciones con que Cristo la favoreció… (en una) ocasión Teresa
vio un ángel que con un dardo encendido le transverberaba el corazón” (Gregorio
XV, Bula de canonización).
Ella lo describe cómo si viera un
ángel a su lado izquierdo “hermoso mucho, con el rostro
encendido…teniendo en las manos un dardo de oro largo, y al fin de hierro…un
poco de fuego; este me aprecía meter por el corazón algunas vecs y que me
llegaba a las entrañas; al sacrle me parecía las llevaba consigo y me dejaba
abrasada en amor grande de Dios… “De aquellos trances quedaba tan
satisfecha que llegó a experimentar cómo “no se contenta el con menos que con Dios”.
(Fuente: Revista “Ávila
de Santa Teresa”)
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