Tú, Jesús, me
conoces,
tú mi nombre
conoces, y me llamas
Ellos me
comunican tu palabra:
«Simple
abandono, conducir yo quiero,
mi amada, tu
barquilla».
2. Y con tu
voz de niño, ¡oh maravilla!,
sólo con tu
voz débil,
calmas el mar
rugiente,
pones paz en
el viento.
3. Si mientras
brama la tormenta, ¡oh Niño!,
tú te quieres
dormir,
posa tu linda
cabecita blonda
sobre mi
corazón.
4. ¡Qué
encantador sonríes cuando duermes!
Con mi canto
más dulce
yo meceré tu
cuna tiernamente,
¡Oh hermoso
Niño mío!
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