lunes, 5 de noviembre de 2007

SANTA TERESA DE JESUS

Nace en Avila, el 28.3.1515, Huérfana de madre a los 13 años. Ella vive en familia hasta los 20 años. El resto de su vida fue monja carmelita.

Su vida se despliega en tres etapas. Hasta los 20 años, vida familiar, en la ciudad de Avila. Desde los 20 de edad hasta los 47, es monja en el monasterio de la Encarnación (Avila): viaja por razones de salud, y pasa medio año en Toledo en el palacio nobiliario de Dª Luisa de la Cerda (1562). Ese mismo año inicia su vida de fundadora de nuevos Carmelos (desde los 47 hasta los 67 de edad): sus fundaciones comienzan en Avila y terminan en Burgos fundando 16 monasterios y ganando para su obra al joven Juan de la Cruz. Su cambio total de vida interior se produce a los 39 años (1554), leyendo las Confesiones de San Agustín. 


De ahí parte el intenso proceso de vida mística de Teresa, que la convierte en escritora y poetisa. Escribe su propia vida en 1566. Ese mismo año redacta un libro de pedagogía espiritual, el Camino de Perfección, que los teólogos censores la obligan a escribir de nuevo. Y once años después (1577) compone su obra maestra, la síntesis de mística titulada Castillo Interior. Escribe además la historia de sus viajes y fundaciones Beatificada por el Papa Pablo V en 1614. Canonizada por Gregorio XV en 1622. Primera mujer declarada Doctora de la Iglesia por Pablo VI, en 1970.

Hemos de mirar EL camino DE TERESA, no sólo su final, Y RECORRER EL NUESTRO DEJÁNDONOS GUIAR por el mismo Espíritu y sus mismas claves de vida. POR ESO ELLA ES REFERENTE PARA VIVIR NUESTRA MISIÓN EN LA IGLESIA.


Teresa define su oración: "No es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad,
estando muchas veces a solas con quien sabemos nos ama". Sin virtudes, sin amor a los demás, sin entrega, la oración no es nada, y nos quedamos enanos (cf M VII,4,8).

Propone por base una serie de valores y virtudes evangélicas, fundados en "el amor de unos a otros" y en el temple de voluntad, que ella denomina "determinada determinación". Insiste en que no hay desarrollo de la persona sin un ulterior intento de apertura a lo trascendente o de relación personal del hombre con Dios, relación que ella concentra en la práctica de la oración personal, definida como "trato de amistad con Cristo o con Dios" y que se debe convertir en servicio de los hermanos. “Pues hablando ahora de los que comienzan a ser siervos del amor (que no me parece otra cosa determinarnos a seguir por este camino de oración al que tanto nos amó), es una dignidad tan grande que me regalo extrañamente al pensar en ella”. (Vida 11,1)

Teresa es un "testigo" puro e irrecusable de Dios y de su misteriosa presencia en la historia de los hombres y en la vida de cada persona. “Buen Maestro nuestro, dadnos algún remedio cómo vivir sin mucho sobresalto en guerra tan peligrosa. Y el remedio que podemos tener, hijas, y nos dio su Majestad es “amor y temor”; que el amor nos hará apresurar los pasos; el temor nos hará ir mirando adónde ponemos los pies para no caer en el camino adonde hay tanto que tropezar... Amor y temor de Dios son dos castillos fuertes, desde donde se da guerra al mundo y a los demonios.” (C 40, 1-2)

El proceso oracional va a estar marcado por la progresiva apertura de la persona al Dios que nos habita. Él está, está siempre y siempre desde su amor creador incontenible y siempre en movimiento. Somos nosotros los que “no estamos”: no estamos en nosotros mismos, no estamos con el otro ni donde tenemos que estar, no estamos desde la fe. Vivimos derramados hacia lo exterior y superficialmente. Por eso es tan costosa la conversión, una vuelta radical en toda nuestra existencia. “Procúrese andar con alegría y libertad. Tener gran confianza porque conviene mucho no apocar los deseos. Quiere su Majestad y es amigo de ánimas animosas, como vayan con humildad y ninguna confianza de sí”. (Vida 13,1.2)

Nuestras miras no pueden ser cortas pues estamos llamados a ser hijos de Dios, a ser templo de la Trinidad, vivir con el espíritu de las bienaventuranzas, asumir el proyecto de Jesús en nuestra historia concreta, vivir el amor radical y el perdón, ser prójimos de toda persona y especialmente de los excluidos de cualquier modo posible… Y es que no todo el que dice “Señor, Señor…” entrará en el Reino de los cielos, dice el Maestro. A esto nos invita Teresa a centrar nuestra mirada en Jesús. (Fil. 2, 5) “Jesús… no aguarda otra cosa sino que le miremos, que salgamos de nuestro pequeño mundo y entremos en el suyo, para ir haciéndonos a su condición”. “Tampoco olvidéis que la cruz de cada día está en el camino. Pero si queréis, podéis. No me vayáis a dejar sólo al buen Jesús u os apartéis de Él cuando os vengan situaciones difíciles.”“... está el Señor dentro de nosotras, y que allí nos estemos con Él.” (C.28,1-3)
“Lo nuestro es estar atentas, disponernos a escuchar para obedecer y abrirnos para recibir. Esta es nuestra colaboración.”

Todo lo que ha sido objeto de amor necesita ser purificado. Así lo hace Dios en nuestra vida, ofreciendo un Amor Nuevo: el del Espíritu. Si lo acogemos, libera nuestro corazón de todas sus vinculaciones o ataduras.
“Así es. Pero no creáis que resulta tan fácil, porque llevamos en nuestros equipajes muchas cosas que nos sobran en el seguimiento de Jesús. Yo, bien lo sé por experiencia.”

Lo que quiere decirnos, es que debemos vivir enamorados, y que el desasimiento es fruto de un amor que trasciende todas las satisfacciones, porque nuestra mayor satisfacción es Dios.

PARA PENSAR Y REFLEXIONAR PERSONALMENTE: 
A -Preguntas que te ayudarán a ahondar en tu relación de encuentro con Jesús.
1- ¿Quién o qué centra tu vida...?
2- Intento hacer verdad sobre algunos aspectos muy concretos de mi vida. Poseo muchos bienes, muchas cosas... El ser humano es el mayor enemigo de sí mismo. El mundo propio se viene siempre con nosotros y en cualquier momento nos desmantela y roba todo ¿cómo es mi relación con ellas...?
3-Reconozco mi responsabilidad en la sociedad en la que vivo, donde se dan tantos reclamos, tantas necesidades creadas...
¿Es evidente que mi riqueza es un Amor que me hace relativizar y desprenderme de todos los demás bienes...?
Responder afirmativamente a la llamada de Jesús supone dejar otras cosas. BUSCAR LO ESENCIAL. Los afanes y preocupaciones de segundo orden pierden importancia cuando aparece con claridad la preocupación fundamental: EL REINO.

En este camino de oración... ¡hay que exponerse al contagio de la experiencia de Jesús:“En esto he pasado y paso mucho. Miro la vida de Cristo”

Teresa encuentra en la Palabra de Dios alivio, consuelo y alegría por ese misterioso regalo de hacerse Dios tan amigo del ser humano, por ese abajamiento tan radical.


B- Vamos a hacer el intento de ESCUCHAR, CONTEMPLAR, DISFRUTAR, BUSCAR LA PALABRA… (Puedes elegir algunos textos para leer)
En el desierto: Jesús sintió hambre Mt. 4, 1-2
A orillas del mar de galilea: Jesús siente compasión de la multitud
Mt. 15, 29-39
En Jerusalén: Jesús se enoja y echa a los mercaderes del Templo
Mt. 21, 12-14
Oración del Huerto: Ora al Padre, siente tristeza y angustia. Mt. 26, 36-37.39
En el desierto: Jesús es tentado por Satanás. Mc. 1, 12-13
La Cruz: Jesús se siente abandonado Mc. 15, 33-37
Las bodas de Caná: Jesús y sus discípulos son invitados a una fiesta de boda. Jn. 2, 1-11
La mujer adúltera: se acerca a ella y no la condena Jn 8., 1-11
La muerte de Lázaro: Lázaro y sus hermanas son sus amigos. Se conmueve y llora. Jn. 11,-44
La última Cena: Jesús se hace servidor de todos, lava los pies a sus discípulos Jn. 16, 3-5
El Arresto de Jesús: Se defiende frente a un guardia Jn 18, 19-24
En este camino de oración ... ¡hay que disponer el ser!, pero con la vida y en la vida misma.
Para Teresa ya no hay sino un solo motivo para vivir: demostrar a Dios con obras, palabras, sufrimientos y pensamientos que lo ama con todo su corazón. Y obtener que otros lo amen también.
¿Cuáles son las actitudes de Jesús que más te llaman la atención?
¿Cuál de estos textos te inspiran para hacerlos parte de tu oración?
No hay dicotomías, su espiritualidad está pegada al hermano y a la realidad, y ahí busca en todo la voluntad de Dios.

La Santa sabe que en el camino de la experiencia para conocerse a sí mismo y entender las cosas de Dios, la oración importante:
“ que nuestra oración sea verdadera y auténtica, de manera que se exprese en todo lo concreto de la vida. Y que nuestra relación con todos los que tratamos, nazca del amor y nos lleve a amar; es decir: toda nuestra vida sea auténtica oración.”
Teresa tiene clara conciencia de que Dios es fuente de dones, es siempre el primero, está deseoso de entregarse, es un Dios "ganoso de hacer mucho por nosotros"... "nunca se cansa de dar...""es todo misericordia..."

También en nuestra vida de relación con Dios vamos percibiendo pequeñas transformaciones que nos conducen a un cambio en nuestras relaciones con todo: personas, trabajo, tiempo, naturaleza...
¿Cómo ha repercutido en mi relación con todo y todos...?
¿Cómo se ha fortalecido mi ánimo y avivado mi fe...?
Hoy reconozco y agradezco todos los dones que he recibido de Él gratuitamente. Le pongo nombre a las "joyas" que Él me ha dado. Puedes hacer una lista de ellos
Contemplo la flor que me han dado. En ella escribo la frase o palabra que más me ha llegado de la experiencia de Teresa que puede representar alguno de los dones que me ha regalado Dios.

Para finalizar nos reunimos todos:
§ Junto a una imagen, cuadro o icono de Santa Teresa, se pone una de sus frases.
§ Preparar tantas flores de papel, como jóvenes hay reunidos. Son símbolo de los dones que el Señor nos va regalando, y que nos las da para servir a los demás.
Como Teresa, queremos compartir "lo que el Señor nos ha enseñado por experiencia..." Se pueden ir dejando las flores junto a la imagen de la Santa, luego de que cada joven haya expresado en voz alta el pensamiento que escribió en la flor. Escuchamos la canción inspirada en un poema de la Santa: “Es muy buen Amigo Cristo”

Terminamos este momento rezando juntos el Padre Nuestro.

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