jueves, 12 de junio de 2008

Vocación Religiosa

En la Iglesia todos viven el seguimiento de Cristo. Es importante tener siempre un signo que nos recuerde que el seguimiento de Cristo ha de ser radical, de toda la vida. Estos signos son los religiosos.Desde los primeros principios de la Iglesia hubo hombres y mujeres que se propusieron seguir a Cristo con mayor libertad y radicalidad. Los religiosos y religiosas viviendo la consagración bautismal en la profesión pública de los consejos evangélicos se conprometen a reproducir rasgos de Cristo.Textos fundamentales:a) Buscan ser pobres como Cristo (Mt 18,18-22).b) Quieren ser castos por amor al Reino de cielos (Mt 19,10-12).c) Acogen la obediencia a semejanza de Cristo (Jn 6, 38-39).d) Viven en comunidad (Hch 2,44-45). A semejanza de las primeras comunidades cristianas, la comunidad religiosa, como verdadera familia goza de la presencia del Señor a través de su Espíritu.
ESTILO DE VIDA RELIGIOSA:
La Virgen María es modelo de vida para los consagrados por su respuesta incondicional al llamado de Dios para cumplir su misión específica de ser Virgen y Madre, colaborando activamente en el plan de salvación. A ejemplo de María, la vida religiosa como un don del Espíritu Santo, es manifestada por el testimonio heroico de muchas religiosas y religiosos. A partir de su singular alianza con Dios se hacen presente en todas las situaciones, hasta las más difíciles, la fuerza del Evangelio.Los religiosos y religiosas realizan tareas diferentes, persiguen un mismo fin: el seguimiento de Cristo a través de los votos religiosos de castidad, pobreza y obediencia en diferentes estilos de vida.
a) Vida contemplativa: Cuya primera finalidad es permanecer junto al Señor en la oración, para ser signos de ese Dios absoluto en la existencia del hombre.
b) Vida activa o apostólica: Se caracteriza por armonizar la oración y la acción apostólica, descubriendo a Dios en las necesidades de los hombres.

DIFERENTES CARISMAS:
A lo largo de la historia de la Iglesia el Espíritu Santo ha inspirado a distintas personas con carismas muy especiales para que funden familias religiosas, como los franciscanos, dominicos, etc. Un carisma es un modo específico de imitar un rasgo o aspecto de Dios o de la Virgen María y proyectado en acciones concretas como respuesta a necesidades históricas de la Iglesia o el mundo: curar a los enfermos, educar a la niñez y a la juventud, promoción humana de los pobres, etc.

ETAPAS DE FORMACIÓN:
1. Aspirantado.
2. Postulantado.
3. Noviciado.
4. Juniorado.
5. Profesión perpetua.





Fuente:Pastoral Juvenil Coyucahttp://pjcweb.org/

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