Francisco Palau y Quer, nuestro querido fundador nos dejó
una riqueza espiritual invaluable en todos sus escritos, especialmente en las
cartas. Nuestra hermana Consuelo Orella, cm nos acerca un precioso texto tomado
de los escritos del padre Palau que nos invita a recordar algunas de sus
máximas para sus hijas espirituales, nosotras las carmelitas misioneras. A
continuación compartimos el texto de Hna Consuelo.
BIENAVENTURANZAS DE LA CARMELITA MISIONERA
“Queridísimas Hijas: Vosotras habéis tenido ocasión para conocerme. Rarísimamente se me ha oído elogiar ninguna virtud de mis hijos e hijas. No obstante, puedo y debo anunciaros que, en mi concepto, vuestro modo de vivir es acepto y agradable a Dios. No tengo otro fin alguno en deciros esto, sino para que, persuadidas de la verdad del camino, sacudáis con más fuerza las tentaciones, y no cuidéis sino de perseverar” (Ct 13)
FELICES VOSOTRAS porque:
“La divina Providencia, o Dios como hortelano, os ha sembrado en los jardines de la Iglesia, y sois una especie de semilla que ha de producir como frutos y flores, pobreza y penitencia. Cuidad de conservaros y sosteneros, creciendo continuamente en virtudes.”(Ct19
FELICES VOSOTRAS porque:
“Para mí es un consuelo y una satisfacción saber que Jesús está con vosotras, que os consuela y conforta. Pero esto no me quita la pena pues siento vivamente vuestras privaciones. Una cosa os ha de tranquilizar, y es el saber que el padre que os dirige está dispuesto a cualquier sacrificio por vosotras” (Ct 73)
FELICES VOSOTRAS porque:
“Sois una familia, una joven bella y apreciable para Dios… Somos la familia de Elías. Su misión en el mundo tiene sus formas y época señalada y marcada en los eternos decretos de Dios. Sólo a éste toca el dirigiros. Él es el que os abrirá paso a su día… Una sola cosa os puedo asegurar y es que delante de Dios vais bien” (Ct 75-77)
FELICES VOSOTRAS porque:
“Veo con gran satisfacción que perseveráis en la vocación. Una sola pena tengo y es que estéis reducidas a tanta estrechez de casa, más esperad contentas… ¡Qué pobreza! Estáis contentas, yo lo sé, y para mí, vuestra satisfacción es la mía. “Yo me alegro muchísimo de saber que todas perseveran. Ahí está el dedo de Dios. Es obra suya y seguirá su carrera”(Ct 76-71)
FELICES VOSOTRAS porque:
“Vuestras enfermedades, privaciones espirituales y corporales, todo esto cuando cae sobre almas generosas a sufrir, no es más que causa de alegría. Yo admiro en vosotras la obra de Dios. Me complazco en ella, como Dios se complace, en un espíritu fuerte que las sostiene (Ct 77)
FELICES VOSOTRAS porque:
“Vuestra obra es la mía y la mía y la vuestra es la obra de Dios. Por lo mismo que nuestra obra es obra de Dios, o no marchará o ha de fundarse sobre la protección especial de su providencia. Ha de marchar desarrimada y desapoyada de todos los auxilios humanos”(77
FELICES VOSOTRAS porque:
“Estoy sumamente edificado de saber vuestras privaciones y vuestra observancia, pero he tenido una vivísima pena de saberos en tanta pobreza y enfermedad, no por la pobreza y dolor, sino por temor a que fallezcáis. Pero Dios sobretodo” (Ct 85)
FELICES VOSOTRAS porque:
“El Amado os ama con amor eterno, puro, leal, constante, con pasión… Jesús es vuestra cosa amada. Vuestro corazón ha sido fabricado para amar y amar a el sólo… Este amor se funda en El, en su bondad, no en vosotras. Porque os ama, os crió; porque os ama os redimió y porque os ama, os llama por vuestros nombres” (Ct 88)
Mª Consuelo Orella cm
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