Nada más hermoso que desear a una madre toda la gracia y bendición del Señor, es por ello que regalar éste versículo del Salmo 20 quiere ser un presente que perdure para siempre.
Cuando una madre pide, no lo hace pensando sólo en ella, siempre se deja en el último lugar porque prioriza a sus hijos, su marido, sus seres queridos y al final, si le queda tiempo pide por ella. Hoy somos muchos los que pedimos por las madres, por sus necesidades y urgencias para que el Señor derrame en cada una esas gracias que más necesitan para ser felices, amén!!!
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