Hoy la Iglesia recuerda a los abuelos maternos de Jesús, de
quienes sólo tenemos conocimiento por la tradición de la Iglesia, y por el
evangelio apócrifo de Santiago. Según lo antes dicho, fueron un matrimonio bendecido
por una hija después que Joaquín se retirara al desierto para ayunar y orar
pidiendo a Dios los bendijera con descendencia. Según la tradición Joaquín y
Ana vivieron en Galilea y luego se trasladaron a Jerusalén donde murieron y
fueron sepultados.
En éste día queremos recordar también el Proyecto de
Salvación de Dios, quien ha contado siempre con hombres y mujeres sencillos
para llevar cumplimiento la redención
del género humano. Demos gracias al Señor por habernos amado desde siempre,
pensado, soñado y proyectado invitándonos a tomar el camino de la Verdad, que
es el camino de nuestra felicidad.
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