Se dice que “detrás de cada gran hombre, se encuentra
siempre una gran mujer”. Así puede constatarse a lo largo de la historia
general y, más concretamente, en la historia de la espiritualidad.
Es el caso de Francisco Palau y Juana Gratias. Desde su
encuentro por tierras de Francia, en 1845, sus vidas caminaron paralelas y la
trayectoria espiritual de Juana quedó ligada a la de Francisco. Ambas vidas
discurrieron bajo el signo de la búsqueda y de la contradicción, superando
dificultades y contratiempos.
Juana aparece como una mujer transparente y enigmática,
tímida y emprendedora, firme e indecisa, tenaz y voluble, inquieta y
perseverante, confiada y recelosa, débil y valiente, contemplativa y misionera.
En la fragilidad de su cuerpo ocultaba un espíritu robusto, vivaz, inquieto y
generoso. Mujer fuerte, tiene algo de dulce y atractivo que favorecerá la
proximidad y cercanía. Todo esto descubrimos rastreando en las cartas que
Francisco Palau le dirigió y que ella conservó cuidadosamente.
- ¿Quién es Juana Gratias? Una mirada al arco de su
existencia 1824-1903, nos ayudará a saber más de esta mujer, “roca firme”, fiel
colaboradora en la obra fundacional de Francisco Palau: Las Carmelitas
Misioneras. (Ver más en nuestro Sitio Oficial)
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