El obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecín, presidió el
sábado 17 de noviembre, la Eucaristía en la que la hermana Leila Nazaret
Colombo CM realizó sus votos perpetuos en congregación de las Carmelitas
Misioneras, donde ingresó hace 11 años.
La ceremonia se realizó en la parroquia Sagrada de Familia
del barrio Nueve de Julio, comunidad de origen de la carmelita, en presencia de
sus familiares y amigos.
Luego de la proclamación del Evangelio, se realizó la
profesión religiosa que fue recibida por la superiora viceprovincial, hermana
Silvia Romero, quien llamo a Leila por su nombre, obteniendo la respuesta de la
joven carmelita: “Aquí estoy Señor, Tú me has llamado”.
La respuesta de la hermana Leila Colombo fue “fruto del
discernimiento de quien reconoce la voz del Amado”; pero no se trató de “una
respuesta que se improvisa”, sino que fue fruto de la “maduración y
profundización en los años”. “Una respuesta que lleva la impronta de la Virgen
María al Ángel, por su radicalidad, serena y alegre”, sostuvo.
Más adelante hizo referencia al Evangelio y recordó: “La fe,
que es un don, regalo y tarea, nos permite creer y aceptar que ‘el cielo y la
tierra pasarán’ pero las palabras del Señor, nunca pasarán”. Resaltó que la
palabra refleja “una verdad teológica, una verdad antropológica y una
consecuencia que se transforma en misión”.
El obispo de Goya animó a la religiosa a “servir”, porque el
“servicio es el termómetro del amor del hombre a Dios”; y le aclaró que “si
decae en el servicio y la entrega, no es porque la realidad sea más difícil e
impermeable”, sino porque “decayó el amor primero”.
Al finalizar, le dijo: “Que la Virgen María, hija de Dios
Padre, Madre de Dios Hijo, y esposa del Espíritu
Santo, María la criatura que
más valoro la iniciativa amorosa de Dios y la que mayor supo corresponderle,
interceda por Leila y cada uno de nosotros”, concluyó monseñor Canecín.
Luego de la homilía, el obispo de Goya realizó el
interrogatorio correspondiente, en el que la hermana Leila juró: “Servir a Dios
como Carmelita Misionera, todos los días de mi vida”.
La joven carmelita realizó el juniorado los dos primeros
años en Colombia, y luego regresó a la Argentina, donde recorrió distintas
comunidades: Barreal de San Juan, Panambí de Misiones, y actualmente Río Cuarto
de Córdoba.
Concelebraron la celebración el párroco de Sagrada Familia,
presbítero Ariel Giménez, junto con el ex párroco, presbítero La Cruz Federico
Jara, y el asesor diocesano de Pastoral Vocacional, presbítero Daniel Alarcón
Sotelo.
Asimismo, acompañaron a la joven las hermanas Carmelitas
Misioneras Teresianas, Martha Pelloni y Elbecia Pachado; y de las Hermanas
Carmelitas Misioneras, María del Carmen Córdoba, Carolina Contreras, María
Teresa Mamonte, Verónica Herrera, María José Cortes y Luisa Spessot; y la
hermana Graciela Firpo, de las Auxiliares Parroquiales de Santa María.+
Durante su homilía, monseñor Canecín, expresó que “Leila fue
‘primereada’ y fue aprendiendo a corresponder hasta el día de hoy”. “El Señor
la llamó por su nombre, escrito y grabado en la palma de su mano. Nombre que es
conocido por el único Buen Pastor, nombre que al ser pronunciado permite
reconocer a quien pronuncia”, le dijo.
(Fuente: aica.org)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
DEJANOS TU COMENTARIO