Veremos la figura más fascinante del Cristianismo: san Pablo. La pasión que sintió por Cristo sale de lo normal. Realmente es un apasionado de la causa de Cristo; vive sólo para Cristo y para llevar su mensaje por todas partes.
Todos los cristianos, de cualquier lengua y de cualquier nación, hemos recibido el nacimiento del “agua y del Espíritu” de la mano de nuestra madre, la Iglesia, y así hemos quedado integrados en la familia de los hijos de Dios en una Iglesia que está abierta a todos los hombres: es la Iglesia “Católica”. Para que la Iglesia llegara a realizar esta “catolicidad” y no fuera una secta dentro del judaísmo, Dios se sirvió especialmente del apóstol san Pablo. Él comprendió que el Evangelio de Jesucristo era una Buena Noticia para todos los hombres y extrajo las consecuencias, superando las barreras estrechas de los que pretendían limitar la predicación del Evangelio encerrándolo dentro de un exclusivismo religioso que sólo tenía en vista al pueblo de Israel.
A lo largo de su historia, la Iglesia siempre ha sido iluminada por la palabra de san Pablo, porque tanto el Magisterio como los teólogos han recurrido necesariamente a sus cartas para profundizar y proponer la doctrina de la fe. Muchas polémicas teológicas se han desarrollado en trono a sus textos y grandes santos han alimentado su espiritualidad en la lectura de las cartas paulinas.
Conozcamos, pues, a este titán del Cristianismo, para que, a través de él, lleguemos a conocer con pasión a Jesucristo y lo prediquemos con la misma valentía que el mismo san Pablo.
1. ¿Quién era san Pablo?
Al igual que muchos otros judíos de su época, él también tenía dos nombres: Saulo y Pablo; el primero venía de su origen judío (Saulo),el segundo hace referencia a su ciudadanía romana (Pablo). En los primeros 13 capítulos de los Hechos de los Apóstoles es identificado con el nombre de Saulo (cf. Hch 7,58; 8,1.3; 9,1ss y 13,9), en cambio, el propio Apóstol en sus cartas se llama a sí mismo “Pablo”, nombre con el que también aparece mencionado en otros escritos del N. T. y en los Hechos de los Apóstoles a partir del capítulo 13 (cf. Hch 13,9.13ss; 2 Pe 3,15).
Su vida podríamos considerarla dividida en dos partes casi iguales: hasta los 30 años, como fervoroso fariseo; luego, aproximadamente otros 30 años, como cristiano y apóstol, misionero y escritor infatigable, fundador y animador de las comunidades cristianas en el área del Mediterráneo.
San Pablo es una de las figuras más fascinantes del Nuevo Testamento y el personaje del cristianismo primitivo del que poseemos más datos históricos. Sus cartas constituyen la correspondencia más célebre de todas las épocas. Son, además, cronológicamente hablando, los primeros escritos del Nuevo Testamento y por lo mismo nos suministran los primeros datos sobre el origen, estructura y desenvolvimiento de una serie de comunidades cristianas a veinte o veinticinco años de la puesta en marcha del Cristianismo. Su actividad apostólica tuvo como objetivo principal la fundación de comunidades cristianas, y de esta manera extender la Iglesia de Cristo y el mensaje de salvación traído por el mismo Cristo.
. Su persona
1.1 Pablo, el fariseo:
Nació en Tarso de Cilicia, hacia el año 10. Judío de raza y religión, pero de cultura griega y ciudadano romano. Su formación básica fue judía. Estudió en Jerusalén, en la escuela de Gamaliel, el viejo. En un primer momento se produjo en él un rechazo total de los creyentes en Jesús y se lanzó a una persecución encarnizada, como apasionado fariseo, creyendo que los cristianos eran una secta en contra de la ley de Moisés. Pero un determinado momento de su vida, hacia el año 36 d.C., tuvo un misterioso encuentro con Jesús de Nazaret, camino a Damasco, y se convirtió en un propagandista del Mensaje de Jesús. Según él testimonio que él mismo da, su formación fue aquella de un “fanático partidario”de las tradiciones del pueblo judío (cf. Gál 1,14), fariseo sincero y convencido, del todo irreprochable en el cumplimiento de la Ley (cf. Filp 3,6).Sus padres eran también hebreos de la tribu de Benjamín (cf. Rm 11,1; Filp 3,5). De sus padres recibió también el título de “ciudadano romano”, que le servirá más adelante como apelación para llegar hasta Roma (cf. Hch 22,25-29).
Tras unos años de educación en la fe en las comunidades cristianas de Damasco y Antioquía, y un tiempo de reflexión personal, Pablo inicia una actividad incansable con el afán de propagar el mensaje de Jesús y formar nuevos grupos de creyentes.
1.2 El Camino de Damasco:
Coherente con su fervor de fariseo celoso de la Ley, Pablo aparece como fuerte adversario de Cristo y de sus discípulos: asiste a la lapidación de san Esteban (primer mártir cristiano), y se convierte en aguerrido perseguidor de los cristianos (cf. Hch 7,54-60; 8,1.3). Pero al rededor del año 35 d.C.,
mientras recorría el camino hacia Damasco para tomar prisioneros a los seguidores de Cristo, Pablo tiene
una experiencia extraordinaria de encuentro con Jesús: la revelación del Cristo glorioso que produce un vuelco
radical en su existencia; y así, este acontecimiento (comúnmente llamado “conversión”) le descubre su nueva
vocación de Apóstol, y lo transforma en uno de los más apasionados seguidores y misioneros de aquel Mesías
que antes perseguía en la persona de sus discípulos. Para el mismo Pablo y para la Iglesia primitiva,
este evento vocacional fue tan importante que viene relatado varias veces y con diversos matices (cf. Hch 9,1-30; 22,3-11; 26,12-18; Gál 1,13-20; 1 Cor 9,1; 15,8).
Como es lógico, el efecto de este sorpresivo y providencial encuentro con el Señor en el camino de Damasco, se manifiesta también en una decisiva “conversión” de mentalidad. Destacaremos aquellos puntos que estarán a la base de la posterior predicación y doctrina de san Pablo:
Puntos de su doctrina:
a) Justificados por la fe: Como buen fariseo, Pablo creía que la salvación dependía del cumplimiento minucioso de la Ley; pensaba que eran “las obras de la Ley” las que hacían justo al hombre. En el camino de Damasco comienza a comprender que sólo Cristo, con su misterio pascual, salva y justifica al hombre, de manera gratuita. No se trata, pues, de “merecer” la salvación, sino de estar dispuesto a “recibirla”, adhiriéndose fielmente a Cristo.
b) La Gracia de Dios: concepto clave en la experiencia y enseñanza de Pablo. Camino de Damasco constató el hecho maravilloso de ser amado por Dios, gratuitamente. La infinita misericordia de Dios se manifiesta en nuestro favor no “porque” seamos buenos, sino “para que” seamos buenos; esta certeza del amor de Dios se convirtió en la fuente del gozo y de la seguridad de Pablo.
c) Jesús Crucificado: Pablo busca comprender que si Aquél que fue condenado a la cruz, como si fuera un maldito, es ahora glorificado por Dios mismo, se debe a que todo aquello hacía parte de Su proyecto Salvífico. El sentido de la cruz, a la luz de la Resurrección, se convierte en el sentido mismo de la vida de Pablo y en el núcleo fundamental de su predicación.
d) La Iglesia, Cuerpo de Cristo: Pablo empieza a percibir el vínculo que existe entre Cristo y sus discípulos, desde cuando el Señor le hace saber que Él está presente en cada uno de sus seguidores, a los cuales Pablo quería exterminar: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues” (Hch 9,5). Pablo descubre la íntima comunión entre el Cristo, Cabeza, y su Cuerpo, la Iglesia, y se hace miembro vivo de este Cuerpo.
e) Apóstol de Jesucristo: sintiéndose gratuitamente amado y salvado por Cristo, Pablo no puede callar su Evangelio, y se transforma así en el más grande misionero y apóstol de Jesucristo. Se hace consciente de su tarea evangelizadora, fruto de amor, que se debe extender a todos los pueblos; su corazón enamorado de
Cristo se dilata hasta los confines mismos del universo (cf. 1 Cor 9,16; Gál 2,20; Filp 3,12).
Vamos al taller del “Maestro”…
*Profundiza en la vida fascinante de este hombre. ¿Qué elementos resuenan en Vos, qué te atrae de su persona?
*Al igual que Pablo, Vos también tenés una historia de vida, tratá de sistematizarla, descubriendo el paso del Señor por ella. Describí tu persona, tu camino de Damasco, tus puntos doctrinales, es decir lo elementos que van quedando tan claros en Vos a partir de estas experiencias que vivís y que son ideas que se han hecho vida en vos, son los presupuestos de tu vida como cristiano.
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