Solemnidad de Cristo Rey, Mateo 25, 31-46, Ciclo A
Hoy acaba el año litúrgico. Hoy podríamos decir que vamos a vivir la última noche. Y no podemos dejar pasar un evento así. Por eso, hoy se nos brinda la gran fiesta de Cristo Rey. En el último día del año, como en el último día de la tierra, tiene que ser Cristo el que gobierne rectamente la Creación entera.
Pero, ¿qué significa esto?, ¿que Cristo es rey para juzgar a los buenos y a los malos, para enviar a unos al infierno y a otros al cielo? Si tu impresión es esta, seguramente haya que volver a meditar despacio el Evangelio de hoy: “venid a mí, benditos de mi padre… Os aseguro que conmigo lo hicisteis”. “Apartaos de mí… porque tampoco conmigo lo hicisteis.”
Es la hora de la verdad. Es la hora en la que todo lo que llevamos dentro de nuestro corazón, todo lo que hemos hecho en nuestra vida, salga a la luz. Pero se trata de una luz muy especial: una luz que ilumina nuestras vidas con la mirada de Dios. ¿Y cómo nos mira Dios? Clava sus ojos en tu corazón, en el amor que hay. ¡No tardes más! Sin saber el día ni la hora, podemos llegar a encontrarnos en la última noche.
Por eso es ¡urgente! que ya, desde este preciso instante, mires a Jesús y permitas que sea él quien reine en tu vida, en tu corazón, en tus pensamientos, en tus deseos… Porque sólo así Cristo Rey logrará transformar desde ya la realidad en la que vivimos. ¡No tardes más!
(Fuente: acompasando.org)
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