SU
FAMILIA
Eduardo Francisco Pironio nació en Nueve de Julio, el 3 de diciembre de 1920 y falleció en la Ciudad del Vaticano, el 5 de febrero de 1998. Fue el 22 hijo del matrimonio de Giuseppe Pironio y Enrica Rosa Buttazzoni, provenientes ya como matrimonio de la región de Friuli-Italia en 1898. Así relataba él sus orígenes:
Si tuviera que hablar de mi vida, comenzaría
con mi familia y, en particular, con mi madre, que fue una mujer sencilla pero
de fe profunda. Yo soy el vigésimo segundo hijo, el último nacido, y tengo que
reconocer que en esta historia hay algo de milagroso. Mis padres eran
italianos. Cuando nació el primer hijo, mi madre tan sólo tenía 18 años y se
enfermó gravemente. Durante seis meses estuvo en cama, sin poder moverse.
Cuando se recuperó los médicos le dijeron que no podría tener más hijos pues,
de lo contrario, su vida correría un grave riesgo.
Al no saber qué hacer, mi madre fue a consultar
al obispo auxiliar de La Plata, quien la tranquilizó y celebró una misa
pidiendo protección.
Más tarde dio a luz a 21 hijos, yo soy el
último. Pero lo mejor no acaba aquí, pues después fui nombrado obispo auxiliar
de La Plata, precisamente en el cargo de aquél que había bendecido a mi madre.
El día de mi ordenación episcopal el arzobispo me regaló la cruz pectoral de
aquel obispo, sin saber la historia que había detrás. Cuando le revelé al
arzobispo que debía la vida al propietario de aquella cruz, lloró. (Eduardo
Pironio)
VOCACIÓN
SACERDOTAL
Motivado
por su madre ingresó al seminario San José de La Plata a los 18 años, de donde
egresó 5 años después. Con 23 años, fue ordenado sacerdote en la Basílica de
Nuestra Señora de Luján el 5 de diciembre de 1943 por el obispo de Mercedes,
Mons. Anunciado Serafini,6 y pasó a desempeñarse como docente en el Seminario
Pío XII de Mercedes en la provincia de Buenos Aires. Por 15 años se dedicaría a
la formación de futuros sacerdotes.
Entre
1953 y 1955 cursó la licenciatura en Teología en la Pontificia Universidad
Santo Tomás de Aquino de Roma. Su Tesis versó acerca de «La Paternidad Divina
en los escritos de Dom Columba Marmion».
FUNDADOR
A su
retorno a la Argentina, continuó su trabajo como formador en los seminarios de
Mercedes y de La Plata, hasta su nombramiento como vicario general. El 8 de
diciembre de 1958, Pironio fundó el Instituto Secular «Misioneras de Jesucristo
Sacerdote» en la localidad de Mercedes (provincia de Buenos Aires), con la
consagración de las tres primeras Misioneras.
RECTOR
DEL SEMINARIO
A partir
de 1960, fue rector y profesor del Seminario Metropolitano de Villa Devoto en
la Arquidiócesis de Buenos Aires y, simultáneamente, fue miembro y decano de la
Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina, cargos
que ocuparía hasta 1963 inclusive. En ese año se desempeñó como Visitador
Apostólico a las universidades católicas de la Argentina. El papa Juan XXIII lo
designó para participar en la segunda sesión del Concilio Vaticano II en
calidad de perito.
OBISPO
El 24 de
marzo de 1964 fue designado obispo titular de Ceciri y obispo auxiliar de la
Arquidiócesis de La Plata. Fue consagrado obispo el 31 de mayo en la Basílica
de Nuestra Señora de Luján. Pironio eligió como lema episcopal: «Cristo entre
vosotros, la esperanza de la gloria», una frase de la epístola a los Colosenses
1:27. El tema de la esperanza estaría presente de forma continua en su
predicación y en sus escritos.
TEOLOGÍA
DE LA LIBERACIÓN
Pironio,
como gran parte de la Iglesia latinoamericana, adhirió y desarrolló los
principios de la teología de la liberación aparecida en Medellín, de la que fue
uno de sus fundadores. Juan Carlos Scannone ubica las elaboraciones teológicas
de Pironio como una de las cuatro ramas de la teología de la liberación,
denominándola Teología de la Liberación desde la Praxis Pastoral.
CLIMA DE
VIOLENCIA Y AMENAZAS A PIRONIO
A mediados de la década de 1970, existía una marcada convulsión política y social en la Argentina, representada por la última etapa del gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón y el inicio de la última dictadura militar en 1976. La popularidad de Pironio había aumentado y, en aquel marco de inseguridad, el obispo y personas de su entorno recibieron acusaciones y amenazas. Se desconoce el origen de las amenazas de muerte hacia el cardenal. Desde distintos sectores se asoció a los agresores con fuerzas paramilitares conocidas como la Triple A y organizaciones de derecha o, alternativamente, con organizaciones guerrilleras tales como Montoneros o el ERP, que no se identificaban con el magisterio de conciliación de la Iglesia.
Su vida corría peligro por aquel entonces. En
vísperas del golpe militar del 1976, fue amenazado de muerte reiteradas veces.
Tras aparecer pintadas callejeras en algunos edificios, colegios católicos, y
en las paredes de la Catedral de Mar del Plata la inscripción "Pironio
Montonero", tuvo que desalojar el edificio del arzobispado por amenazas
concretas de bomba. Su prédica comprometida con la Iglesia latinoamericana le
valió el mote de comunista utilizado por parte de los mismos sectores políticos
y militares que asesinaron al padre Carlos Mugica en 1974, su discípulo
espiritual y amigo. (Primo Corbelli)
El 9 de mayo de 1975 fue secuestrada la decana de la Universidad Católica de Mar del Plata, María del Carmen Maggi, muy cercana al obispo, como mensaje intimidatorio hacia él. Para Pironio, esa fue «una espina dolorosísima que lo hirió mucho». El cadáver de esta profesora joven aparecería un año después, el 23 de marzo de 1976, día anterior al golpe de Estado de 1976, y aún hoy se desconoce la autoría de su asesinato.
En 1975 el gobierno de María Estela Martínez de Perón le habría ofrecido a monseñor Pironio proveerle custodia personal, oferta que rechazó argumentando:
No puedo aceptar eso. Primero, porque confío en
la protección de Dios. Segundo, porque considero inaceptable que un obispo
desarrolle su labor rodeado de guardaespaldas. En tercer lugar, porque pueden
atentar y no solo matarme a mí, sino matar a un custodio; y su vida vale tanto
como la mía. (Eduardo Pironio)
Como
consecuencia de dichas amenazas, en 1975 la Santa Sede decidió trasladarlo a
Roma.
CARDENAL, Y FINAL DEL PONTIFICADO DE PABLO VI
El 20 de septiembre de 1975 Pironio fue nombrado arzobispo titular de Thiges y pro prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. El papa Pablo VI lo elevó al cardenalato en el consistorio del 24 de mayo de 1976, otorgándole la diaconía de los santos Cosme y Damián. Tres días más tarde, el 29 de mayo de 1976 sería designado prefecto de la misma congregación, donde permanecería hasta el 8 de abril de 1984. Desde allí catalizó los cambios que las diversas congregaciones e institutos de vida consagrada debieron realizar a la luz del Concilio Vaticano II. Pablo VI tuvo gran empatía con Pironio e hizo de él su confesor personal.
Tanto en
el cónclave de agosto de 1978 tras la muerte de Pablo VI, como en el cónclave
de octubre de 1978 luego del fallecimiento de Juan Pablo I, fue considerado
potencial candidato a Papa
DURANTE EL PONTIFICADO DE JUAN PABLO II
Juan Pablo II lo designó presidente del Pontificio Consejo para los Laicos pocos días antes del Domingo de Ramos de 1984, cargo que ocupó hasta 1996. Muy amigo del obispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero y del prepósito general de los jesuitas Pedro Arrupe, los vaticanistas consideraron a Pironio parte del sector progresista y estimaron que su designación al frente del dicasterio de los laicos habría significado para él un virtual destierro.
Según el cardenal Camillo Ruini vicario de Roma, Pironio dijo en una entrevista de 1995: "Me parecía haber retrocedido a un cargo de serie B", en referencia a su nombramiento por Juan Pablo II en 1984 como presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, pero más tarde se habría dado cuenta de que eso había sido una promoción, "porque los laicos son la mayoría del pueblo de Dios".
Durante el gobierno dictatorial de Jorge Rafael Videla, el cardenal Pironio visitó con frecuencia la Argentina, aunque no aceptó recibir a familiares de las víctimas de la represión ni a organizaciones de derechos humanos. Sí logró entrevistarse varias veces con el general Jorge Rafael Videla. Al visitar Mar del Plata, el 2 de septiembre de 1979, expresó:
Ahora en Europa se comprende mejor a la
Argentina [...] Hay quienes siempre buscan lo negativo [...] pero el rostro de
la Argentina se ve muy positivamente. (Eduardo Pironio)
Sin embargo, uno de los biógrafos de Juan Pablo II señaló que fue el cardenal Pironio y el secretario de Estado de la Santa Sede Agostino Casaroli quienes favorecieron una definición clara de la Santa Sede ante el régimen militar argentino en relación con el drama de «los desaparecidos». Juan Pablo II, quien había asumido como papa el 16 de octubre de 1978, se encontraba en una disyuntiva: si hacía una declaración en contra del régimen militar argentino, corría el riesgo de poner en peligro la mediación papal en el conflicto del Beagle para evitar la guerra entre Argentina y Chile. Finalmente, se consideró que la defensa de la vida era prioritaria y, en el Ángelus del 28 de octubre de 1979, el papa habló públicamente del tema:
Así, con ocasión de los encuentros con peregrinos
y obispos de América Latina, en especial de Argentina y Chile, se recuerda
frecuentemente el drama de las personas perdidas o desaparecidas. [...] Pidamos
que se acelere la anunciada definición de las posiciones de los encarcelados y
se mantenga un compromiso riguroso de tutelar, en cada circunstancia en que se
requiere, la observancia de las leyes, el respeto a la persona física y moral,
incluso de los culpables o indiciados de infracciones. [...] En el contexto de
estas diversas y dolorosas noticias que llegan de diferentes partes del mundo,
se me presenta ante los ojos el no lejano encuentro con los Representantes de
la Organización de las Naciones Unidas, el 2 del corriente mes de octubre.
Deseo recordar las palabras que entonces dije sobre el tema de los derechos
fundamentales e inviolables del hombre, como condición indispensable para la
paz, tanto en todo el mundo, como en el interior de cada unos de los países y
comunidades de pueblos. El camino real, el camino fundamental que conduce a la
paz «pasa a través de cada hombre, a través de la definición, el reconocimiento
y el respeto de los derechos inalienables de las personas y de las comunidades
de los pueblos». (Juan Pablo II)
COFUNDADOR
DE LAS JMJ
Como presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, Eduardo Pironio realizó la propuesta de instituir la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de la cual se lo considera cofundador. El cardenal Pironio fue el responsable de esas jornadas y acompañó a Juan Pablo II en Buenos Aires (1987), Santiago de Compostela (1989), Częstochowa (1991), Denver (1993) y Manila (1995).
Juan Pablo II recordó el gran aporte del cardenal Pironio a las JMJ en la misa de su funeral, el sábado 7 de febrero de 1998:
"¿Cómo olvidar la gran aportación que dio
a las celebraciones de las Jornadas mundiales de la juventud? Quisiera dar
gracias públicamente aquí a este hermano nuestro, que me prestó una gran ayuda
en el ejercicio de mi ministerio petrino". (Juan Pablo II)
Al
momento de su fallecimiento en 1998, el cardenal Pironio era miembro del
Consejo de la Segunda Sección de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, de
la Congregación para las Iglesias Orientales, de la Congregación para las
Causas de los Santos, de la Congregación para los Obispos, de la Congregación
para la Evangelización de los Pueblos, de la Congregación para la Educación
Católica, del Pontificio Consejo para la Interpretación de los Textos
Legislativos y de la Pontificia Comisión para América Latina.
SU
MUERTE
Falleció
en Ciudad del Vaticano (en Roma) el 5 de febrero de 1998 a causa de un cáncer
óseo muy doloroso, que lo mantuvo postrado los últimos cinco meses de su vida,
pero que lo había afectado durante años. Con una llamativa entereza ante el
sufrimiento, permaneció lúcido hasta el final. Juan Pablo II dijo en sus
funerales en la basílica de San Pedro, el 7 de febrero de 1998: "Fue un
testigo de la fe valiente que sabe confiar en Dios". Debido a su posición
e influencia en la Santa Sede, a la orientación que brindó a varias
Congregaciones de la Curia Romana, a su enorme prestigio ―tanto en la Santa
Sede como en la Argentina―, a su labor con los jóvenes de todo el mundo (fue
gran impulsor de las primeras versiones de la Jornada Mundial de la Juventud) y
a su presunta proximidad a la sucesión de Pablo VI y Juan Pablo I, algunos
medios lo consideraron al momento de su muerte «el eclesiástico argentino más
encumbrado de la Historia».
Sus
restos fueron repatriados a la Argentina y descansan en la Basílica de Nuestra
Señora de Luján, junto al altar del Sagrado Corazón de Jesús.
SU CAUSA
Fue
declarado «siervo de Dios» por el papa Benedicto XVI el 23 de junio de 2006.14
El 18 de febrero de 2022 el papa Francisco autorizó la publicación del decreto
de la Congregación para las Causas de los Santos que reconoció la heroicidad de
sus virtudes, por lo que la Iglesia lo considera «venerable».
Beatriz
Buzzetti Thomson, vicepostuladora de la causa de beatificación de Pironio,
procedió desde 2008 a la investigación de la curación completa de Juan Manuel
Franco, un niño de 15 meses que habría salvado su vida sin secuela alguna luego
de una intoxicación con purpurina. La comisión médica del Dicasterio para las
Causas de los Santos consideró que esa curación escapa al orden de las causas
naturales, y el avance en el proceso de se encuentra a consideración de
Comisión de Teólogos y, posteriormente, de la ordinaria de cardenales. El 8 de
noviembre de 2023, papa Francisco aprobó el milagro atribuido a su intercesión,
autorizando su beatificación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
DEJANOS TU COMENTARIO