“Llegando la Navidad los
argentinos debemos recordarnos la deuda pendiente de nuestra reconciliación. Se
hace cada vez más necesario generar contextos de encuentro, de diálogo, de
comunión fraterna que nos permitan reconocernos y tratarnos como hermanos,
aborreciendo el odio y construyendo la paz”, exhortó la Conferencia Episcopal
Argentina en una reflexión de Adviento titulada “Creemos en Jesucristo, Señor
de la historia” y enmarcada en el Año de la Fe.
“Todos los habitantes de nuestra
patria necesitan sentirse respaldados por una dirigencia que no piense solo en
sus propios intereses, sino que se preocupe prioritariamente por el bien
común”, subrayaron al recordar que “la felicidad está más en dar que en recibir”.
Los obispos argentinos, reunidos
en la reciente 104ª Asamblea Plenaria, expresaron su “honda preocupación” por
algunos síntomas de la persistencia de la crisis moral y cultural, sobre todo:
1. La dignidad de la vida desde
la concepción hasta su término natural es la base de todos los derechos
humanos. Reiteramos, una vez más, que el ordenamiento jurídico debe respetar el
derecho a la vida.
2. La familia, fundada sobre el
matrimonio entre varón y mujer, es un valor arraigado en nuestro pueblo. Anterior
al estado, es la base de toda la sociedad y nada puede reemplazarla. Vemos con
preocupación una corriente cultural y un conjunto de iniciativas legislativas
que parecen soslayar su importancia o dañar su identidad.
3. Los padres son los primeros
responsables de la educación de sus hijos. Tienen el derecho de que el sistema
educativo no les imponga contenidos contrarios a sus convicciones morales y
religiosas. Deseamos que toda la sociedad tome una mayor conciencia de la
necesidad de mejorar el sistema educativo, de modo tal, que los más pobres sean
sus principales beneficiarios. La necesaria preparación para la vida cívica de
niños y jóvenes debe excluir la politización prematura y partidista de los
alumnos.
4. Constatamos una angustia
generalizada en nuestro pueblo por la vida de los jóvenes. Es enorme la
cantidad de ellos que no estudian ni trabajan: ésta es una de las hipotecas
sociales más desafiante para los argentinos.
5. La droga se extiende por el
crecimiento del crimen del narcotráfico y la red de complicidades que lo
sustentan. Pensamos que ésta es una de las causas principales de la
proliferación del delito y de la consiguiente inseguridad.
6. A casi treinta años de la
democracia, los argentinos corremos el peligro de dividirnos nuevamente en
bandos irreconciliables. Se extiende el temor a que se acentúen estas
divisiones y se ejerzan presiones que inhiban la libre expresión y la
participación de todos en la vida cívica.
Tras recordar que “toda sociedad
tiene conflictos”, los obispos señalaron que “la democracia, tal como lo
refleja la doctrina social de la Iglesia, no se construye agudizándolos, sino
concretando los ideales de una verdadera amistad social”.
“Algunas sombras nos han
perseguido a lo largo de nuestra historia, que en distintos momentos han
acentuado su intensidad e impedido una vigencia más plena del orden
democrático. Una es el excesivo caudillismo, que atenta contra el desarrollo
armónico de las instituciones, acentúa su deterioro y menoscaba la autonomía de
cada uno de los poderes del estado, tanto en el orden nacional como provincial.
Esto es particularmente delicado cuando se trata de la independencia del Poder
Judicial”, aseveraron.
“Otra sombra es la oposición
entre las visiones unitaria y federal de la nación, la cual se extendió
fuertemente en los albores de nuestra patria, e intermitentemente se manifiesta
en distintos momentos de la historia. Cuando en nuestra oración por la patria
decimos que queremos ser nación expresamos un anhelo claramente manifiesto en
nuestra Constitución. Queremos ser una nación basada efectivamente en un
sistema republicano, representativo y federal”, agregaron.
Por último, los obispos
subrayaron que “el niño que María recuesta en el pesebre es el Señor de la
historia” y elevaron una plegaria: “Jesucristo, Señor de la historia, te
necesitamos…” A la Virgen María, Nuestra Señora de Luján, le confiamos nuestras
inquietudes y ponemos en sus manos nuestras esperanzas”.+
(Fuente: aica.org)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
DEJANOS TU COMENTARIO