Memoria de "Ntra Sra de las Virtudes" 2018

Hoy, sábado posterior a Pentecostés, celebramos a  María bajo la advocación que nuestro padre fundador le dio: “Ntra Sra. De las Virtudes”.( La Misa en su honor se toma de la Misa Votiva de Ntra Sra del Carmen)

La Virgen de las Virtudes era la imagen que presidía la Escuela de la Virtud, que Francisco Palau dirigía en Barcelona para la formación  catequística y espiritual de laicos, en su gran mayoría jóvenes, que buscaban profundizar sobre nuestra fe.

Cuando el padre es exiliado a Ibiza, pide a sus amigos de la Junta directiva la Imagen de la Virgen de las Virtudes y la hace llevar. Allí le erige una capilla en su honor(Es Cubells) para que el pueblo le rinda culto y honor; este será el Santuario  Mariano del lugar.  En su relación con la Ssma Virgen siente que su presencia ha producido un efecto renovador en su persona: “Desde que la Señora de todas las Virtudes ha puesto su trono en este lugar, me siento otra cosa que antes no era…”( Cta 30,4) En la Isla la Virgen se convierte en su compañera de evangelización, y sus misiones llevan la impronta de María, por ella la imagen de la Sra de las Virtudes preside todos los actos públicos (Cta 23)

Su amor y devoción por la Virgen de las Virtudes se vio plasmado en su libro “Mes de Mayo” todo él dedicado a meditar a diario en las virtudes de María, que eran comparadas con  flores originarias  de la isla.

Cuando miramos a Ntra. Sra. de las Virtudes vemos en ella nuestra feminidad, el proyecto de Dios cumplido con amor, ella nos inspira a amar a Jesús con la docilidad del discípulo que sabe que tiene un único Maestro a quien seguir, escuchar y de quien aprender.

Francisco Palau nos enseña que contemplando  a María, mujer de Virtudes, contemplamos a la Iglesia (MRel 738) Con esta liturgia queremos seguir poniendo a María en su lugar preferencial como Flor Hermosa del Carmelo. Es de resaltar que el amor a María, tan propio de la Orden, no pudo ser menos en el corazón de Francisco Palalu y nos heredó ese amor entrañable a la Virgen bajo cuyo pendón nos cobijamos nosotras sus hijas.