“Nuestro Salvador, amadísimos hermanos, ha nacido hoy;
alegrémonos. No puede haber en efecto, lugar para la tristeza, cuando nace
aquella Vida que viene a destruir el temor de la muerte y a darnos la esperanza
de una eternidad dichosa.
Que nadie se considere excluido de esta alegría, pues el
motivo de este gozo es común a todos; nuestro Señor, en efecto, vencedor del
pecado y de la muerte, así como no encontró a nadie libre
de culpa, así ha
venido a salvarnos a todos. Alégrese, pues el justo, porque se acerca la
recompensa; anímese el pagano, porque es llamado a la vida.
Demos, por tanto, amadísimos hermanos, gracias a Dios Padre
por medio de su Hijo en el Espíritu Santo, pues, por la inmensa misericordia
con que nos amó, ha tenido piedad de nosotros y, cuando, estábamos muertos por
nuestros pecados, nos vivificó con Cristo, para que fuésemos en ël una nueva
creatura, una nueva obra de sus manos."
San León Magno
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